Al
parecer nunca obtuve un papel importante en esta historia. Siempre estuve al
margen de la realidad, sólo fui momentos que no perdurarán en su memoria, ni en
la de nadie, porque ni siquiera existen testigos de este afán, y en caso de que
los hubiera, quién me ofrecerá consuelo, si ni siquiera él, en alguna noche de
soledad y aburrimiento, trae a su mente el recuerdo de los besos, las caricias,
mis ojos mirándolo con esa ternura inexplicable que me desborda, mis fervientes
intentos de sanar sus penas, de curarle el alma, y todas esas cosas que he
hecho en vano…
Es
el cansancio, el hartazgo absoluto que en algún momento tenía que llegar. No lo
nombraré jamás, no lo esconderé entre mis palabras, no seré yo quien alimente
el vacío insaciable de su ego. Porque no se ha ganado ni una pizca de mi
comprensión, no lo ha intentado acaso. Mi existencia es más que rendirle culto
al desinterés ajeno, soy más que la amante arrebatada por la pasión que se
desvive por una quimera… En mí pueden encontrarse mundos desconocidos,
singulares matices y extravagantes colores, perfumes exóticos de flores
extranjeras, lenguajes inexplorados de orígenes mitológicos… Soy mucho más de
lo que él puede apreciar, mucho más de lo que yo creía ser…