Mostrando entradas con la etiqueta Relato.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Relato.. Mostrar todas las entradas

jueves, 24 de abril de 2014

ROTACIÓN SOBRE SÍ MISMO A LO LARGO DE UN EJE IMAGINARIO

Ha pasado un año y cuatro meses. Han pasado 16 meses en total. 485 días, 11640 horas, lo que equivale a 698400 minutos desde que comenzó este caótico desenvolvimiento de los sentimientos. ¿Alguna conclusión, algún desenlace, alguna moraleja? Como cualquier relato mal escrito, con una trama sin sentido, no hay nada al final… Tampoco se sabe si hay final, y no es por un intento de crear cierto suspenso en la historia, sino que simplemente nunca hubo un comienzo esclarecido, y bien sabido es que lo que no ha comenzado nunca, improbable es que posea un final. Lo cierto es que a pesar de todo, lo que puede rescatarse es la mutación mental que he sufrido. Demás está pensar en si esos cambios resultaron ser buenos o malos, no hay necesidad de embarcarnos en simples quimeras, conformémonos con el hecho de que hubo una metamorfosis de la existencia.
Poco a poco, me he entregado al libre albedrío del deseo sin percatarme de la falta de libertad a la que nos obliga el inconsciente. Creyendo en la falsa idea de poder que nos da la toma de decisiones, como alguien cegado por los lugares comunes, por doña Rosa que nos grita  “Querer es poder” y toda esa parafernalia que rodea al ego. Lamentablemente siempre llego a la misma y reiterada conclusión, no me he liberado nunca de nada, sólo he cambiado el dueño, llámese sentimiento, deseo, llámese pensamiento, especulación… No hablo de determinismo, no, pero sí quizás de algo más profundo, algo que el ser consciente desconoce.
Mi manera de actuar es extraña y roza lo insólito. Mi forma de ver el mundo resulta aún peor. ¿Quién sabe de dónde he sacado esta visión estrafalaria de la existencia? ¿De dónde vendrán todos estos pensamientos ajenos que me invaden y condenan? Y no me refiero sólo a esta historia sin comienzo ni final, eso es únicamente una consecuencia del problema principal que me gusta usar como ejemplo porque me inspira, por lo enroscado y sin sentido que resulta eso mismo. Me inspira la nada de una historia inexistente. Y tal vez sea eso lo interesante, por lo menos para mí, la utilidad intelectual que rescato del vacío.

Ha pasado un año y cuatro meses. Han pasado 16 meses en total. 485 días, 11640 horas, lo que equivale a 698400 minutos y sigo acompañada de la ausencia, de la carencia total de avance. He mutado, pero sólo he cambiado la posición orientativa de mi mirar, sólo he rotado, como rota la Tierra mientras pasa todo este tiempo de contemplación pasiva hacia sur, o el norte, o quién sabe ya hacia dónde apuntará mi brújula…

lunes, 18 de noviembre de 2013

UNA DE REINHARDT SONABA EN LA OSCURIDAD

                      _Sos muy interesante. Es rara esa sensación de intriga incesante que me provocás. Tengo una necesidad incontenible de saberlo todo, de escucharte hablar. Me gusta tu voz. Me gustan tus ojos y tus besos. Me gusta verte desnuda a mi lado, y que me mires, con esa ternura tuya en los ojos.
                      _A veces me siento tan niña, tan indefensa, tan perdida…Pero con vos es distinto, no es como con los demás, no necesito pensar qué decir, ni qué hacer. Me siento libre, segura, como si te hubiera conocido de siempre.
                        _Me gusta que te sientas así. No creo que seas una niña, sos una mujer, una mujer en letras mayúsculas. Me gustás así, como te veo.
                        _Soy muy fuerte, eso sí,lo soporto todo… De todos modos, por momentos tengo la sensación de que tener la fuerza necesaria para soportarlo todo resulta una carga pesada. Soy fuerte,a veces hasta un poco dura y fría. Y hay días en que eso me duele tanto que empiezo a dudar de mi fortaleza.
                        _No deberías pensar tanto las cosas… Vení, sentate más cerca. Quiero besarte.
                        _El problema es que paso demasiado tiempo conmigo. Estoy cansada de escucharme. Mi voz, ya me cansó. Es una bocina incesante en mi cabeza, un coro gospel, una tropilla de caballos, un martilleo constante a mis neuronas. Pero bueno, en este instante me siento bien, estoy donde quiero estar, me gusta el momento, me gusta que estés. Me hace bien. Sin embargo, ahora es cuando recuerdo que te vas y que el momento se termina, como todo principio o medio tiene su final…
                        _No pienses en el final, disfrutá el momento. Dejame besarte. Mirame, sentime, estoy acá.
                        _Sí, me gusta, me encanta. Besame, besame el cuello, la cara, la boca, borrame el dolor. No quiero sentir más que tus besos.
                        _Sos hermosa, mujer. Me encanta. No pares. No dejes de ser así. ¡Por favor! ¡Qué placer!
                        _Me hacés sonreír, eso me hace bien.
                        _ Qué bueno, pero ya es hora de irme.
                        _¿Ya? Quedate un poco más, sólo un poco más…
                        _No, no puedo. Tengo cosas que hacer. Tengo una vida afuera, no todo es este mundillo extravagante de old jazz, cerveza y cigarrillos, mujer. Todavía sos muy joven, ya lo vas a entender...
                        _Yo… lo entiendo muy bien. Sí, perfectamente. ¿Cuándo te veré de nuevo?
                        _Eso no lo sabría decir. me voy, mujer.
                        _Adiós.

            “Tea for two” ahora me sonaba a soledad.



                                                             ***

sábado, 10 de agosto de 2013

LA PROVIDENCIA DE BIENESTAR.



El tipo de la despensa ya me conoce y tiene reservada siempre mi provisión diaria de cerveza. Cada día, en el mismo horario, está en la puerta del almacén esperando mi llegada, para preguntarme al recibirme, cuántas van a ser el día de hoy. Mínimo dos, según el estado de ánimo o el día laboral que haya tenido. Generalmente bebo sola, salvo cuando alguna extraña visita inesperada irrumpe en la rutina.
Hoy hice lo de todos los días, fui hasta la despensa, estaba el tipo esperando en la puerta, me preguntó cuántas serían, esta vez cambió el discurso cotidiano agregando que había tenido que guardarme con más atención las cervezas porque según parece tengo competencia. Yo no dije nada, como siempre. Gracias, hasta mañana, eso es todo, y me fui. Llegué a la puerta de casa y había una pareja discutiendo: _Te llamé ochenta veces y no contestaste… Sos una porquería. _ No escuché los llamados, te lo juro. _ Sos una mierda, te odio. Entré y los seguía escuchando. _Sos una rayada, me tenés harto. _ ¿Yo soy la rayada? ¿Y a vos qué te cuesta contestarme los llamados? Seguro te cogías alguna pendeja… A medida que subía la escalera desaparecieron los gritos. Pensé: Qué bueno, nadie me grita, tengo cerveza y ya estoy en casa de vuelta…
Y acá estoy, como todas las noches, en la soledad de mi hogar, con el vaso lleno y el corazón contento. Pienso en lo que estará haciendo la gente un sábado a la noche y nada me parece mejor que esto. A veces uno es la mejor compañía, y otras veces, claro, puede ser la peor de las  torturas, ahí es cuando uno ansía con todo el deseo la aparición de algo o alguien que nos haga olvidarnos de nosotros mismos. Pero hoy no necesito a nadie. No quiero a nadie. Soy una mujer dura y nada me arruinará la noche.
Al fin y al cabo, quién necesita otra cosa, lo demás es puro relleno, parafernalias de la vida. Si siempre estamos solos, qué mejor que poder pasar un buen rato con nuestros pensamientos, y charlar con los que somos, discutir hasta llegar a ponernos de acuerdo, o pelear y dejarnos de hablar. Hay noches en que soy tan ocurrente y espontánea que hasta creo ser Dios… Hay otras en que soy todo un desecho de creatividad. Pero así es el estar solo. Una continua contradicción entre el gustarse y el despreciarse de todas las formas posibles. Por el momento es lo que hay, y no me disgusta.
Hoy temprano vi a mi madre, que en su instinto de preservación de la especie, me recomendó no beber, ando con presión alta al parecer, mucho estrés laboral y demás banalidades de la existencia. Pero yo me curo la presión alta, el tendón descolocado de mi muñeca, el dolor abdominal que apareció hoy al salir de casa y todos los males que me agobian, con la cerveza. Según me dijo el tipo de la despensa _Nada mejor que una cervecita bien fría, con eso se arregla todo.
¡Salud, entonces! Brindo por la cerveza y por el tipo de la despensa, los proveedores de mi bienestar…

*Fin*

miércoles, 24 de julio de 2013

LA CULPA ES DE LOS MALDITOS FIDEOS.



_Se ha pasado el día y no hemos hecho nada interesante, querida. ¿Qué vamos a cenar?
            _ Fideos.
            _ ¿No hay otra cosa? Ayer comimos fideos. Hoy almorzamos fideos y ahora ¿otra vez los malditos fideos? Los fideos me ponen triste…
            _ No hay otra cosa. Sólo fideos.
            _ Esto es la muerte, querida. No compramos bebida, el disco que quiero escuchar no anda, estoy cansado y vacío, faltan pocas horas para volver al trabajo y encima ¡Fideos! Malditos fideos… Habría que destruir las fábricas de fideos… Habría que matar a los fabricantes de fideos… Estoy tan cansado de todo, querida. Necesito vacaciones, viajar, no sé, estar tirado en un sillón con una cerveza bien fría, mirar por otra ventana que no sea ésta… Cualquier cosa, lo que sea, menos esto.
            _Ajá.
            _ No sé qué me pasa últimamente. Me siento aturdido, abúlico, molesto… Lo cierto es que todo me importa muy poco, por eso no entiendo. ¿Qué me pasa? ¿Será eso que dicen… lo de los años? No me gusta “eso que dicen”, detesto decir las cosas “que se dicen”... Odio tener que decir “Feliz cumpleaños”, por ejemplo. El tipo está cada vez más viejo y su vida sigue siendo una mierda, cada vez más horrible y patética, pero “¡Feliz cumpleaños!”… Malditos fideos, me enferman.
            _Ya casi van a estar. Poné la mesa.
            _ Encima hay que comerlos en plato y con cubiertos, después hay que lavar todo, y siempre quedan fideos en la pileta… Qué vida de mierda, querida. ¿Qué estamos haciendo? ¿Por qué no hicimos algo loco con nuestras vidas? Nos mudamos, nos dieron muebles, conseguimos una heladera, compramos cama y un televisor… ¡Un televisor! ¡Si nosotros no miramos televisión! Esto es deplorable, querida. Por lo menos no tenemos hijos. El pobre estaría condenado a esta vida inmunda, con padres mediocres que se compran un televisor… En algo nos equivocamos al empezar, sí, eso debe ser, empezamos mal y después todo siguió empeorando, lógicamente. Ya ni siquiera cogemos. Nos acostamos, agotados por el trabajo, cada cual mirando para su lado… ¿Te acordás cuando dormíamos abrazados? Lo hacíamos todas las noches, y yo acababa, y vos acababas, todo se acababa, todo se acaba… Maldita sea, qué tristeza.
            _Mm.
            _ Me quedan pocos puchos, querida. Voy a guardar unos para después de cenar, para sacarme el gusto a fideos… Me quedé con ganas de escuchar ese disco, éste no está mal, pero yo quería escuchar Ése. Como siempre… uno nunca consigue lo que quiere. Yo creía que iba a hacer muchas cosas, que me iban a publicar, que iba a poder vengarme de la vida siendo exitoso, que iba a tener muchas minitas para coger, que un día me iba a encontrar con ese hijo de puta que me cagó la existencia y que él iba a ser insignificante frente a mí, yo: el hombre de acción. Pero no, hicimos lo que todos los miserables hacen: nos conocimos, nos acostumbramos el uno al otro y nos mudamos juntos, tenemos trabajos que no nos gustan pero que son lo único que podemos hacer para conseguir dinero para subsistir y poder comprar fideos…
            _ Bueno, ya está. Comé que se van a enfriar…
            _ Bueno… Qué vida de mierda, querida, y todo por estos malditos fideos…


*Es El Fin*

martes, 28 de mayo de 2013

RELATO IMPÚDICO SOBRE LA VASELINA Y LAS METIDAS FALLIDAS.

No lo podía soportar, cuanto más lo intentaba, más fallaba y más aumentaba mi nerviosismo y mi frustración. Lo que se suponía debía ayudar a concretar el acto, más me arrastraba a lo contrario. Y él no pronunciaba palabra, era claro, estaba en coma, pero en mi desesperación era lo mínimo que podía esperar de su parte, un: “_Dale, metémela bien...” o al menos un quejido de reprobación. Pero nada. La tenía dura y no servía de nada, porque bailaba de acá para allá sin llegar a ningún lado. Parecía que entraba y no, seguía de largo como quien se escapa de su destino. Era como querer llegar corriendo a la punta del palo enjabonado con los pies hechos de cera e incluso esa era tarea más fácil. _¡Mierda! ¿Cómo un solo agujero puede llegar a ser tan difícil de romper?
            “Quizás si le pongo un poco más, mejora”, pensé; al final uno siempre cae en eso de “mejor que sobre y no que falte”. Lo hice y fue peor. Se convirtió todo en una baba pegajosa y resbaladiza en donde ya no se distinguía cuál era la parte de arriba y cuál la de abajo, qué era un agujero y qué una protuberancia. Era lo mismo el ojo que el culo, la lengua podía ser un dedo del pie o el miembro pasa de uva que le colgaba… Y ya nada tenía sentido pero yo lo intentaba, más fuerte, más lento, con cariño, con violencia, con vehemencia, por acá, por allá, por delante y por detrás. Y nada, ni una buena metida.
            Me recosté, exhausto, al lado del cuerpo completamente inmóvil y aceitoso, necesitaba reponer energías para seguir intentándolo y también para luego limpiar el cuerpo y llegar a mi casa por mis propios medios, lo último que necesitaba era tener que pedir ayuda. “ENFERMERO INTENTA PENETRAR EL CUERPO ENVASELINADO DE FAMOSO CANTAUTOR EN COMA”. No, en verdad, no necesitaba eso.
            Ya sin ganas de reincidir, lo limpié como pude. Quedó como nuevo, salvo por el hecho de que estaba casi muerto, pero eso ya estaba fuera de mi alcance, tampoco pretender imposibles... Y cuando lo vi limpio y perfumado volvieron los pensamientos impuros, los deseos perversos, las ganas de cogerlo hasta hacerlo sangrar, pero ya sin energía sólo me solté y liberé sobre sus piernas el semen que tenía acumulado.
            Al otro día en el diario se publicó la noticia: “MILAGRO INESPERADO: FAMOSO CANTAUTOR EN COMA MUESTRA SIGNOS DE VIDA. Han sido encontrados en su cuerpo restos de lo que parece ser resultado de un sueño húmedo.”

 _¡La pucha, lo que es la ciencia hoy día! 
Y guardé en el botiquín del baño el tarrito vacío de vaselina.

***

A.O.