Brindo en tu honor, Ausencia.

Pierdo el tacto.
Escucho las voces de esta ciudad muerta.
Soy una nueva estatua
en un banco
de una plaza desierta.

Mi mano entumecida,
el viento corrompiéndome los huesos,
mis pensamientos como garras...

Acá no hay primavera,
hoy se siente el invierno en el cuerpo,
en las entrañas,
en ese rincón oscuro y escondido
que ustedes suelen llamar..."alma".

Juego perverso.

Este constante desequilibrio mental
alimenta día a día este deseo inconcebible e irreal
de la llegada de la muerte
como un encuentro desesperado con la quietud y el descanso.

Cómanme, bébanme.

Comprender que lo inútil

se encuentra en lo que se pretende.

Venganza.

El frío que sientes en tus huesos
esa desolación que conoces,
el ardor en tus entrañas
y todos tus pensamientos repetidos
TODO, todo eso que te rodea...
lo mereces, Maldita.

Ustedes no tienen la culpa.

Luego de los efímeros casos de desenvolvimiento de mi ser y sus sentires,
se sobreviene el derrumbe de todo sueño
y vuelvo a llenarme de dudas y miedos...

Y llego a la conclusión
de que todo mi descontento y mi rechazo a ciertos seres
no es más que la reiteración
de mi desprecio a lo que soy
a mi manera de actuar frente al mundo...

Yo soy la representación exacta de las cosas que me perturban.

Soy el Demonio.

SOY DIOS.

*Sandman

Tu Dedito.

Hijo muerto.

Que la única razón para alegrarte una mañana sea ésta
es la demostración más valedera que tengo
para decir que mi existencia es puro capricho de la naturaleza...

Caries del recuerdo.

¿Qué hacer con la memoria maldita
de un tiempo olvidado?
Qué esperar
más que la espera...

Lágrimas resecas
trepan el abismo de mis ojos.