miércoles, 28 de septiembre de 2011

Brindo en tu honor, Ausencia.

Pierdo el tacto.
Escucho las voces de esta ciudad muerta.
Soy una nueva estatua
en un banco
de una plaza desierta.

Mi mano entumecida,
el viento corrompiéndome los huesos,
mis pensamientos como garras...

Acá no hay primavera,
hoy se siente el invierno en el cuerpo,
en las entrañas,
en ese rincón oscuro y escondido
que ustedes suelen llamar..."alma".

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