Lentamente comienza a borrarse la sensación de sus manos sobre mí. Sin embargo me aferro al recuerdo intentado retener las imágenes, los perfumes, la calidez del tacto, para no olvidarlo... ¿Es que acaso cuando vuelva ya habré olvidado hasta su nombre?
Maldición del tiempo que nos quita la memoria de lo vivido. No quiero que me arranquen el recuerdo de saberlo mío, aunque sólo fuese por un fugaz instante. No me importa ser la niña que se enamora de lo inexistente, no me interesa esta condena a la búsqueda del imposible... A veces, sólo desearía poder soñar un poco más...
lunes, 18 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario