Me gusta cocinar, pero mucho más me gusta cuando es para compartir,
me encanta la cara de la gente cuando disfruta con placer de una comida.
Me gusta mucho cuando las personas están contentas, cuando no pueden
(ni quieren) disimular la sonrisa, cuando los mirás y desbordan
bienestar.
Me gusta contar anécdotas absurdas y el humor
espontáneo. Puedo divertirme sola la mayoría de las veces, hasta reírme
como si alguien me hubiese dicho algo muy gracioso. A veces estar sola
me cansa y no me divierto.
Extrañamente puedo resultar ser
alguien muy demostrativo,Yo, que siempre me muestro dura y fría, me
gustan los besos, las caricias, los abrazos… Estas últimas semanas he
descubierto que al dormir abrazo una de mis almohadas, como una niña que
abraza a su oso.
Me gusta mucho pasear, me encanta.
Me
gusta preocuparme por la gente, que se sientan especiales, queridos. Me
siento extraña cuando la gente hace eso por mí… Los regalos me ponen
incómoda.
Siempre me llevé mejor con los hombres que con las
mujeres. No soy muy buena manteniendo amistades, o quizás sólo duran lo
que tienen que durar, lo suficientemente poco como para no arruinarse.
La gente con amigos de mucho tiempo me genera un poco de curiosidad.
Me
gusta escribir, o más bien es algo que hago por necesidad, sin embargo
me gusta el trabajo de corrección, no sólo es largar lo primero que se
me ocurre así como quien vomita… En algunas épocas sí ha sido como un
vómito. También dibujo, cada tanto aparecen imágenes en mi cabeza que
quiero ver en papel. Toco la guitarra, ya no como antaño, pero continúo
acompañándome en el canto con ella. Me gusta cantar, lo cual obviamente
no significa que sea buena en ello, pero por lo menos lo disfruto.
No
me gusta cómo me siento al despertar, lo dormido nunca parece ser
suficiente y la mayoría de las veces me siento miserable… Todo puede
cambiar, por suerte. Disfruto mucho dormir.
A veces intento con
tanta vehemencia ser normal que me asusto, (como si eso fuera posible
para alguien)…Soy muy exigente conmigo, siempre quiero hacer todo lo
mejor que pueda, me gusta cuando me siento conforme con mi actuar
(raramente pasa…).
Me gusta algunas noches, beber y escuchar
música, noches como ésta. Y cada tanto, mientras hago eso, escribo, como
ahora. Éstas son las noches de soledad que me agradan, cuando puedo
hacer algo más que beber y estar sentada en esta silla mirando una
pantalla. Más allá que el resultado sea buenoo malo, hice algo más, y
siempre, según dicen, es mejor más que menos… Y con eso me despido
porque ya me cansé de tanto palabrerío idiota. Hasta la próxima noche,
hasta la próxima cerveza. ¡Salud!
miércoles, 12 de febrero de 2014
domingo, 9 de febrero de 2014
¿Saben qué? Me siento bien...
"He
construido un refugio para mi tristeza, sin percatarme que lo que quise
siempre fue alejarme de ella, soltarla, dejarla ir. Ingenuamente, o
quizás todo lo contrario, maliciosamente (ya que el enemigo siempre
estuvo dentro de mí), la mantengo a resguardo en esta guarida.
Hoy vi mi rostro en el espejo, una palidez mortal me miraba del otro lado y lo supe: la tristeza es un huésped indeseado que se alimenta de mí, y yo, como la chica “gauchita” y tonta que soy, me abrazo a ella como si temiera dejarla ir, ¿cómo soltar a aquella inseparable acompañante de antaño?
Sin embargo, ya no necesito codearme con los malhechores de mi bienestar, ahora soy otra, ahora tengo el poder de decisión, por eso me despido sin titubear, sin que me tiemble el pulso: Adiós tristeza, adiós."
Amanda, Sobre los divorcios.
Hoy vi mi rostro en el espejo, una palidez mortal me miraba del otro lado y lo supe: la tristeza es un huésped indeseado que se alimenta de mí, y yo, como la chica “gauchita” y tonta que soy, me abrazo a ella como si temiera dejarla ir, ¿cómo soltar a aquella inseparable acompañante de antaño?
Sin embargo, ya no necesito codearme con los malhechores de mi bienestar, ahora soy otra, ahora tengo el poder de decisión, por eso me despido sin titubear, sin que me tiemble el pulso: Adiós tristeza, adiós."
Amanda, Sobre los divorcios.
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