domingo, 9 de febrero de 2014

¿Saben qué? Me siento bien...

"He construido un refugio para mi tristeza, sin percatarme que lo que quise siempre fue alejarme de ella, soltarla, dejarla ir. Ingenuamente, o quizás todo lo contrario, maliciosamente (ya que el enemigo siempre estuvo dentro de mí), la mantengo a resguardo en esta guarida.
Hoy vi mi rostro en el espejo, una palidez mortal me miraba del otro lado y lo supe: la tristeza es un huésped indeseado que se alimenta de mí, y yo, como la chica “gauchita” y tonta que soy, me abrazo a ella como si temiera dejarla ir, ¿cómo soltar a aquella inseparable acompañante de antaño?
Sin embargo, ya no necesito codearme con los malhechores de mi bienestar, ahora soy otra, ahora tengo el poder de decisión, por eso me despido sin titubear, sin que me tiemble el pulso: Adiós tristeza, adiós."

Amanda, Sobre los divorcios.

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