Me gusta el frío,
lo siento allá abajo,
entre mis piernas.
En estos días de invierno prematuro
me refugio bajo las sábanas.
Por ahora todo está tranquilo.
Salvo por la mente
que no deja de golpear.
Mientras la noche se presenta ante mi ventana
yo espero lo inevitable.
Hoy, como todos los días,
tengo los ojos muertos
y las ganas extintas.
miércoles, 24 de febrero de 2010
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