Podría hablarte de mis desventuras amorosas,
del maquillaje que intenta disimular mi fealdad,
de los pelos encarnados en el hígado,
de un marido ebrio y sucio que quiere coger...
Pero los momentos realmente bellos
son esos en los que te liberás de los retorcijones,
aflojás el vientre
y soltás toda esa mierda acumulada
de años de odio y complacencia.
jueves, 26 de mayo de 2011
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Vengo a regalarle otra cancion. Disculpe por entrometerme en reiteradas oportunidades en su espacio.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=e-aR2UaWSl4