martes, 26 de marzo de 2013

Expreso mortuorio (o nacimiento inconcluso).

Hubo un tiempo
en que me dedicaban canciones o poemas,
cartas extensas e ilusiones nocturnas...
Alguna vez,
quizás sólo por unos días,
estuve en boca de famosos pensadores,
artistas, locos, vagabundos,
que me nombraban y admiraban...
He estado en sueños,
en la imaginación lujuriosa de algún condenado,
en la soledad de un cuarto alguna noche de invierno...

Y hoy,
hoy que deseo una sola hora
¡Una hora!
siquiera para verte bien...
Se me niega,
¡A mí!,
a mí que lo he tenido todo
y no he tenido nada...

Esta es la condenación eterna
a la búsqueda infinita
de los deseos que nunca existieron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario