"¿Qué es lo que está al alcance de mi cordura
que pueda ofrecerle a su existencia?" _ pensaba,
y mientras tanto otra muerte se sucedía en mí.
Es que no alcanza, nada alcanza,
y el tiempo pasa y estamos igual.
"Es la era del desamparo"_ dijeron,
y yo sonreí amagándole al destino.
"¡Qué lentas pasan las horas
cuando nos sentimos solos
rodeados de gente!" _ le dije,
y mientras tanto guardaba en mi garganta
toda la ausencia de estos días.
A veces no hace falta mirarnos para saber
que nos está faltando todo
y que mañana tampoco habrá calor en nuestro lecho
al acostarnos a dormir.
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