miércoles, 24 de julio de 2013

LA CULPA ES DE LOS MALDITOS FIDEOS.



_Se ha pasado el día y no hemos hecho nada interesante, querida. ¿Qué vamos a cenar?
            _ Fideos.
            _ ¿No hay otra cosa? Ayer comimos fideos. Hoy almorzamos fideos y ahora ¿otra vez los malditos fideos? Los fideos me ponen triste…
            _ No hay otra cosa. Sólo fideos.
            _ Esto es la muerte, querida. No compramos bebida, el disco que quiero escuchar no anda, estoy cansado y vacío, faltan pocas horas para volver al trabajo y encima ¡Fideos! Malditos fideos… Habría que destruir las fábricas de fideos… Habría que matar a los fabricantes de fideos… Estoy tan cansado de todo, querida. Necesito vacaciones, viajar, no sé, estar tirado en un sillón con una cerveza bien fría, mirar por otra ventana que no sea ésta… Cualquier cosa, lo que sea, menos esto.
            _Ajá.
            _ No sé qué me pasa últimamente. Me siento aturdido, abúlico, molesto… Lo cierto es que todo me importa muy poco, por eso no entiendo. ¿Qué me pasa? ¿Será eso que dicen… lo de los años? No me gusta “eso que dicen”, detesto decir las cosas “que se dicen”... Odio tener que decir “Feliz cumpleaños”, por ejemplo. El tipo está cada vez más viejo y su vida sigue siendo una mierda, cada vez más horrible y patética, pero “¡Feliz cumpleaños!”… Malditos fideos, me enferman.
            _Ya casi van a estar. Poné la mesa.
            _ Encima hay que comerlos en plato y con cubiertos, después hay que lavar todo, y siempre quedan fideos en la pileta… Qué vida de mierda, querida. ¿Qué estamos haciendo? ¿Por qué no hicimos algo loco con nuestras vidas? Nos mudamos, nos dieron muebles, conseguimos una heladera, compramos cama y un televisor… ¡Un televisor! ¡Si nosotros no miramos televisión! Esto es deplorable, querida. Por lo menos no tenemos hijos. El pobre estaría condenado a esta vida inmunda, con padres mediocres que se compran un televisor… En algo nos equivocamos al empezar, sí, eso debe ser, empezamos mal y después todo siguió empeorando, lógicamente. Ya ni siquiera cogemos. Nos acostamos, agotados por el trabajo, cada cual mirando para su lado… ¿Te acordás cuando dormíamos abrazados? Lo hacíamos todas las noches, y yo acababa, y vos acababas, todo se acababa, todo se acaba… Maldita sea, qué tristeza.
            _Mm.
            _ Me quedan pocos puchos, querida. Voy a guardar unos para después de cenar, para sacarme el gusto a fideos… Me quedé con ganas de escuchar ese disco, éste no está mal, pero yo quería escuchar Ése. Como siempre… uno nunca consigue lo que quiere. Yo creía que iba a hacer muchas cosas, que me iban a publicar, que iba a poder vengarme de la vida siendo exitoso, que iba a tener muchas minitas para coger, que un día me iba a encontrar con ese hijo de puta que me cagó la existencia y que él iba a ser insignificante frente a mí, yo: el hombre de acción. Pero no, hicimos lo que todos los miserables hacen: nos conocimos, nos acostumbramos el uno al otro y nos mudamos juntos, tenemos trabajos que no nos gustan pero que son lo único que podemos hacer para conseguir dinero para subsistir y poder comprar fideos…
            _ Bueno, ya está. Comé que se van a enfriar…
            _ Bueno… Qué vida de mierda, querida, y todo por estos malditos fideos…


*Es El Fin*

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