_Se ha pasado el día y no hemos hecho nada interesante,
querida. ¿Qué vamos a cenar?
_ Fideos.
_ ¿No hay
otra cosa? Ayer comimos fideos. Hoy almorzamos fideos y ahora ¿otra vez los
malditos fideos? Los fideos me ponen triste…
_ No hay
otra cosa. Sólo fideos.
_ Esto es
la muerte, querida. No compramos bebida, el disco que quiero escuchar no anda,
estoy cansado y vacío, faltan pocas horas para volver al trabajo y encima
¡Fideos! Malditos fideos… Habría que destruir las fábricas de fideos… Habría
que matar a los fabricantes de fideos… Estoy tan cansado de todo, querida.
Necesito vacaciones, viajar, no sé, estar tirado en un sillón con una cerveza
bien fría, mirar por otra ventana que no sea ésta… Cualquier cosa, lo que sea,
menos esto.
_Ajá.
_ No sé
qué me pasa últimamente. Me siento aturdido, abúlico, molesto… Lo cierto es que
todo me importa muy poco, por eso no entiendo. ¿Qué me pasa? ¿Será eso que
dicen… lo de los años? No me gusta “eso que dicen”, detesto decir las cosas
“que se dicen”... Odio tener que decir “Feliz cumpleaños”, por ejemplo. El tipo
está cada vez más viejo y su vida sigue siendo una mierda, cada vez más
horrible y patética, pero “¡Feliz cumpleaños!”… Malditos fideos, me enferman.
_Ya casi
van a estar. Poné la mesa.
_ Encima
hay que comerlos en plato y con cubiertos, después hay que lavar todo, y
siempre quedan fideos en la pileta… Qué vida de mierda, querida. ¿Qué estamos
haciendo? ¿Por qué no hicimos algo loco con nuestras vidas? Nos mudamos, nos dieron
muebles, conseguimos una heladera, compramos cama y un televisor… ¡Un
televisor! ¡Si nosotros no miramos televisión! Esto es deplorable, querida. Por
lo menos no tenemos hijos. El pobre estaría condenado a esta vida inmunda, con
padres mediocres que se compran un televisor… En algo nos equivocamos al
empezar, sí, eso debe ser, empezamos mal y después todo siguió empeorando,
lógicamente. Ya ni siquiera cogemos. Nos acostamos, agotados por el trabajo,
cada cual mirando para su lado… ¿Te acordás cuando dormíamos abrazados? Lo
hacíamos todas las noches, y yo acababa, y vos acababas, todo se acababa, todo
se acaba… Maldita sea, qué tristeza.
_Mm.
_ Me
quedan pocos puchos, querida. Voy a guardar unos para después de cenar, para
sacarme el gusto a fideos… Me quedé con ganas de escuchar ese disco, éste no
está mal, pero yo quería escuchar Ése. Como siempre… uno nunca consigue lo que
quiere. Yo creía que iba a hacer muchas cosas, que me iban a publicar, que iba
a poder vengarme de la vida siendo exitoso, que iba a tener muchas minitas para
coger, que un día me iba a encontrar con ese hijo de puta que me cagó la
existencia y que él iba a ser insignificante frente a mí, yo: el hombre de
acción. Pero no, hicimos lo que todos los miserables hacen: nos conocimos, nos
acostumbramos el uno al otro y nos mudamos juntos, tenemos trabajos que no nos
gustan pero que son lo único que podemos hacer para conseguir dinero para
subsistir y poder comprar fideos…
_ Bueno,
ya está. Comé que se van a enfriar…
_ Bueno…
Qué vida de mierda, querida, y todo por estos malditos fideos…
*Es El Fin*
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