sábado, 3 de mayo de 2014

Fragmento Cap. XI El violador de mentes.

Al parecer nunca obtuve un papel importante en esta historia. Siempre estuve al margen de la realidad, sólo fui momentos que no perdurarán en su memoria, ni en la de nadie, porque ni siquiera existen testigos de este afán, y en caso de que los hubiera, quién me ofrecerá consuelo, si ni siquiera él, en alguna noche de soledad y aburrimiento, trae a su mente el recuerdo de los besos, las caricias, mis ojos mirándolo con esa ternura inexplicable que me desborda, mis fervientes intentos de sanar sus penas, de curarle el alma, y todas esas cosas que he hecho en vano…

Es el cansancio, el hartazgo absoluto que en algún momento tenía que llegar. No lo nombraré jamás, no lo esconderé entre mis palabras, no seré yo quien alimente el vacío insaciable de su ego. Porque no se ha ganado ni una pizca de mi comprensión, no lo ha intentado acaso. Mi existencia es más que rendirle culto al desinterés ajeno, soy más que la amante arrebatada por la pasión que se desvive por una quimera… En mí pueden encontrarse mundos desconocidos, singulares matices y extravagantes colores, perfumes exóticos de flores extranjeras, lenguajes inexplorados de orígenes mitológicos… Soy mucho más de lo que él puede apreciar, mucho más de lo que yo creía ser… 

jueves, 24 de abril de 2014

ROTACIÓN SOBRE SÍ MISMO A LO LARGO DE UN EJE IMAGINARIO

Ha pasado un año y cuatro meses. Han pasado 16 meses en total. 485 días, 11640 horas, lo que equivale a 698400 minutos desde que comenzó este caótico desenvolvimiento de los sentimientos. ¿Alguna conclusión, algún desenlace, alguna moraleja? Como cualquier relato mal escrito, con una trama sin sentido, no hay nada al final… Tampoco se sabe si hay final, y no es por un intento de crear cierto suspenso en la historia, sino que simplemente nunca hubo un comienzo esclarecido, y bien sabido es que lo que no ha comenzado nunca, improbable es que posea un final. Lo cierto es que a pesar de todo, lo que puede rescatarse es la mutación mental que he sufrido. Demás está pensar en si esos cambios resultaron ser buenos o malos, no hay necesidad de embarcarnos en simples quimeras, conformémonos con el hecho de que hubo una metamorfosis de la existencia.
Poco a poco, me he entregado al libre albedrío del deseo sin percatarme de la falta de libertad a la que nos obliga el inconsciente. Creyendo en la falsa idea de poder que nos da la toma de decisiones, como alguien cegado por los lugares comunes, por doña Rosa que nos grita  “Querer es poder” y toda esa parafernalia que rodea al ego. Lamentablemente siempre llego a la misma y reiterada conclusión, no me he liberado nunca de nada, sólo he cambiado el dueño, llámese sentimiento, deseo, llámese pensamiento, especulación… No hablo de determinismo, no, pero sí quizás de algo más profundo, algo que el ser consciente desconoce.
Mi manera de actuar es extraña y roza lo insólito. Mi forma de ver el mundo resulta aún peor. ¿Quién sabe de dónde he sacado esta visión estrafalaria de la existencia? ¿De dónde vendrán todos estos pensamientos ajenos que me invaden y condenan? Y no me refiero sólo a esta historia sin comienzo ni final, eso es únicamente una consecuencia del problema principal que me gusta usar como ejemplo porque me inspira, por lo enroscado y sin sentido que resulta eso mismo. Me inspira la nada de una historia inexistente. Y tal vez sea eso lo interesante, por lo menos para mí, la utilidad intelectual que rescato del vacío.

Ha pasado un año y cuatro meses. Han pasado 16 meses en total. 485 días, 11640 horas, lo que equivale a 698400 minutos y sigo acompañada de la ausencia, de la carencia total de avance. He mutado, pero sólo he cambiado la posición orientativa de mi mirar, sólo he rotado, como rota la Tierra mientras pasa todo este tiempo de contemplación pasiva hacia sur, o el norte, o quién sabe ya hacia dónde apuntará mi brújula…

miércoles, 12 de febrero de 2014

ALGO PERSONAL.

Me gusta cocinar, pero mucho más me gusta cuando es para compartir, me encanta la cara de la gente cuando disfruta con placer de una comida. Me gusta mucho cuando las personas están contentas, cuando no pueden (ni quieren) disimular la sonrisa, cuando los mirás y desbordan bienestar.
Me gusta contar anécdotas absurdas y el humor espontáneo. Puedo divertirme sola la mayoría de las veces, hasta reírme como si alguien me hubiese dicho algo muy gracioso. A veces estar sola me cansa y no me divierto.
Extrañamente puedo resultar ser alguien muy demostrativo,Yo, que siempre me muestro dura y fría, me gustan los besos, las caricias, los abrazos… Estas últimas semanas he descubierto que al dormir abrazo una de mis almohadas, como una niña que abraza a su oso.
Me gusta mucho pasear, me encanta.
Me gusta preocuparme por la gente, que se sientan especiales, queridos. Me siento extraña cuando la gente hace eso por mí… Los regalos me ponen incómoda.
Siempre me llevé mejor con los hombres que con las mujeres. No soy muy buena manteniendo amistades, o quizás sólo duran lo que tienen que durar, lo suficientemente poco como para no arruinarse. La gente con amigos de mucho tiempo me genera un poco de curiosidad.
Me gusta escribir, o más bien es algo que hago por necesidad, sin embargo me gusta el trabajo de corrección, no sólo es largar lo primero que se me ocurre así como quien vomita… En algunas épocas sí ha sido como un vómito. También dibujo, cada tanto aparecen imágenes en mi cabeza que quiero ver en papel. Toco la guitarra, ya no como antaño, pero continúo acompañándome en el canto con ella. Me gusta cantar, lo cual obviamente no significa que sea buena en ello, pero por lo menos lo disfruto.
No me gusta cómo me siento al despertar, lo dormido nunca parece ser suficiente y la mayoría de las veces me siento miserable… Todo puede cambiar, por suerte. Disfruto mucho dormir.
A veces intento con tanta vehemencia ser normal que me asusto, (como si eso fuera posible para alguien)…Soy muy exigente conmigo, siempre quiero hacer todo lo mejor que pueda, me gusta cuando me siento conforme con mi actuar (raramente pasa…).
Me gusta algunas noches, beber y escuchar música, noches como ésta. Y cada tanto, mientras hago eso, escribo, como ahora. Éstas son las noches de soledad que me agradan, cuando puedo hacer algo más que beber y estar sentada en esta silla mirando una pantalla. Más allá que el resultado sea buenoo malo, hice algo más, y siempre, según dicen, es mejor más que menos… Y con eso me despido porque ya me cansé de tanto palabrerío idiota. Hasta la próxima noche, hasta la próxima cerveza. ¡Salud!

domingo, 9 de febrero de 2014

¿Saben qué? Me siento bien...

"He construido un refugio para mi tristeza, sin percatarme que lo que quise siempre fue alejarme de ella, soltarla, dejarla ir. Ingenuamente, o quizás todo lo contrario, maliciosamente (ya que el enemigo siempre estuvo dentro de mí), la mantengo a resguardo en esta guarida.
Hoy vi mi rostro en el espejo, una palidez mortal me miraba del otro lado y lo supe: la tristeza es un huésped indeseado que se alimenta de mí, y yo, como la chica “gauchita” y tonta que soy, me abrazo a ella como si temiera dejarla ir, ¿cómo soltar a aquella inseparable acompañante de antaño?
Sin embargo, ya no necesito codearme con los malhechores de mi bienestar, ahora soy otra, ahora tengo el poder de decisión, por eso me despido sin titubear, sin que me tiemble el pulso: Adiós tristeza, adiós."

Amanda, Sobre los divorcios.

domingo, 26 de enero de 2014

Si te vas

Si te vas, te irás sólo una vez,
para mí habrás muerto.
Yo te pido que me lo hagas saber,
quiero estar despierto.
Porque si te vas, yo quiero creer
que nunca vas a volver.
Dímelo y será mucho menos cruel,
yo siempre supe perder.
Si te vas, quiero verte partir,
saber que te has ido.
Sin adioses, el amar y el morir
nunca son olvido.
Pájaro tu piel, viento mi querer,
yo te puedo comprender.
Sin saber por qué no te podrás ir,
yo te quiero despedir.

Y no será por eso
que estemos separados.
Aunque no te marcharas,
lo nuestro está terminado.
Pero si te vas, yo quiero creer
que nunca vas a volver.
Si te vas, con amor o sin él,
debes irte ahora.
Tus nostalgias y tus fugas de ayer
ya no me enamoran.
Mírate vivir, sangre de gorrión,
te ha faltado corazón...
Yo bien puedo ser, si te quieres ir,
el que te ayude a partir.
Si te vas, no te vayas así,
llévate tu vida.
Si no puedes olvidarme y partir,
volarás herida.
Vete sin dolor, debes comprender
que soy el mismo de ayer.
No hay mejor amor que el que ya pasó,
se siente al decir adiós.

A.Zitarrosa

viernes, 17 de enero de 2014

EL AMOR Y LOS AMANTES: UNA VIDA COMPARTIDA.



Estando tan inmersos en un mundo donde el amor está siempre en boga, bombardeados de publicidad referida a la pareja perfecta, ese sueño imposible que todos hemos querido volver realidad, y estando justamente en esta época del año, en que el calor pareciera sacar a la calle a todos los enamorados, familias y demás a pasear por las calles,  no pude sino pensar en un pilar casi fundamental en el mantenimiento de dicha institución, un pilar imperceptible, oculto, prohibido: El amante.
Quizás no todos gocen de tener una pareja y a su vez un amante, pero es un número importante en las estadísticas lo que llamó mi atención como para desarrollar el tema. Si bien esto puede ser mal visto, no siempre la existencia de un amante es perjudicial para una pareja. Muchas veces éste representa un sostén en una relación estable, donde el acostumbramiento comenzó a roer por ejemplo el tiempo de intimidad entre sus integrantes. Ambos están cansados de verse desnudos, ya no sienten la pasión de antes, todo al parecer está desgastado y de repente aparece el labor del amante que trae consigo toda una carga pasional que les devuelve las energías, revitalizando aquello que creían muerto. El amante suple las carencias que el individuo encuentra en su relación por lo que puede continuar gozando de lo que brinda el estar en pareja sin ese peso del deseo faltante: compartir tiempo, charlas, salidas, y demás.
Es en este punto en el que me gustaría comenzar con algunas notas: El amante suple la parte pasional, pero en secreto, no tiene posibilidad de compartir la vida pública, ni demasiado tiempo compartido… Está condenado a las sombras. Además de no poder recibir ciertos gustos, a detallar: La pareja se va de vacaciones a lugares hermosos, compartiendo una experiencia única y emocionante, llena de bellos recuerdos, mientras que el amante con suerte es llevado a algún hotel de mediana reputación, donde pasan unas horas de pasión y luego, quizás por alguna gracia divina es llevado hasta su casa o en su defecto deberá volver en taxi o peor aún en colectivo si gastaron el dinero en aquel hotel de mediana reputación… El labor del amante es un trabajo arduo, ya que cada encuentro tiene que ser único y recordable, nada de visitas obligadas, todo tiene que estar regado de pasión pero sin olvidar el deseo que provoca el misterio. El amante nunca debe olvidar el misterio.
Otro ítem al que el amante no tiene acceso es el de los proyectos, una pareja puede pensar a futuro, planificar, concretar deseos, viajes, vivienda, ¡hasta formar una familia!; el amante lo único que puede congeniar es algún lugar y algún horario en que la persona en cuestión no esté comprometida y pueda darle algo de contención rápida, por unas horas, o quizás sólo por unos minutos, en los que podrá soñar con el amor y todo lo bello que implica la fantasía de tener al lado al individuo de su deseo.
Sin embargo, no hay que menospreciar el labor de la pareja, quien soporta todas las mañas, las quejas, los problemas… El amante está más desligado de toda responsabilidad, salvo, y quizás sea la única responsabilidad del amante, ser invisible, y someterse siempre a los tiempos del otro, nada de llamadas, nada de necesitar algo o tener ganas de la otra persona en un momento desubicado, siempre tiene que ser consciente del lugar que ocupa y no salirse de ese papel que ha elegido o le ha tocado en desgracia…No olvidarse, que el individuo amado no es sustituible, el amante sí.
En definitiva, todos salimos ganando y perdiendo en el amor, lo importante es saber lo que uno quiere, lo que uno necesita y lo que quiere dar. Los equilibrios pueden resultar utópicos, pero si uno logra ver las cosas siempre desde diferentes ángulos, logrará descubrir lo que se oculta detrás de cada acto, de cada vivencia. Así como en la vida, en el amor no caben reglas, y siempre que se pierde, se gana, y viceversa. ¡Salúd, entonces! Por el amor y los amantes…