"Había creído que yo sería su salvación, pero también yo la había decepcionado, dijo. Yo era, como ella, una persona perdida, en fin de cuentas aniquilada, aunque ante ella no lo hubiera reconocido. Lo sentía, lo sabía. De una persona así no podía venir la salvación. Al contrario, una persona así la empujaba a una todavía más profundamente a la falta de salidas y la falta de esperanza."
T. Bernhard
domingo, 15 de agosto de 2010
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