Sombra fría.
Tus piernas ensayan el salto;
nudos
que enterré ayer en completo silencio.
Hoy no estarás,
cualquier conversación me sobra
uno los bordes dehilachados de tu foto,
imagino
cómo podría ser amarte.
Un círculo de tiza en el claro del bosque
una amatista;
trepo mis mentiras una a una
repaso la calle por décima vez.
Existe
el dolor ciego, no sé si existe,
nubes rápidas vuelo rasante
tu voz
cortó tantos cielos en mi mente.
El pájaro seguro no era un pájaro y
todo lo que amamos va a morir.
Delfina T.
domingo, 29 de agosto de 2010
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