No se ven nubes
desde mi ventana.
Porque la tormenta
no está afuera.
La lluvia
que no puede con mis pensamientos
sólo humedece
lo que hace tiempo se perdió.
Y el frío
lo siento en el recuerdo
de mis viejos amores,
en las copas vacías que dejé,
en el perro que se fue...
Esta es la ausencia
que me acompaña
en esta falsa manía de querer.
Pronto,
vieja y olvidada
en un rincón de la casa
como el perro
moriré.
martes, 3 de julio de 2012
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