He estado dándole vueltas al asunto tanto tiempo ya, he
ido y he venido, he estado estancada en el mismo lugar reiteradas veces, pero
siempre sintiendo que todo era ausencia y desilusión, que todo se trataba de la
pérdida y el vacío, pero nunca resalté que fue real, que sus besos no fueron
inventados, que sus palabras y su deseo no fueron imaginados. Jamás reparé con
importancia en las noches en que fue mío, los dos uno solo, él estaba ahí, a mi
lado, ambos envueltos en esa extraña pasión que nos desborda, sus manos estaban
ahí sobre mí, sus ojos, su boca, su piel, todo él por completo me perteneció, y
luego durmió entre mis brazos, con mis caricias, como un gatito hermoso y
tierno que se acurruca en mi regazo. ¿Qué importa toda la ausencia luego de tan
bellas noches? No más culpas ni tristeza, no más replanteo del sentimiento, no
más angustia humedeciendo mis recuerdos… Al fin y al cabo ¡quién me quita lo
bailado!
sábado, 28 de diciembre de 2013
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